Todos se Van

Solemos vivir con esa leve impresión de que algunas cosas no son como beberían ser…
Podemos sentir que no todo esta en su lugar, que no todo corre en el tiempo indicado…
Que si pudiéramos o dependiera de nosotros, haríamos unos cuantos enroques en el curso de las cosas…
Sin embargo nadie escapa al momento de preguntarnos… quien es el que esta mal…? El tiempo…? El espacio…? O nosotros…?
y el abismo se hace sentir ante la dureza de la realidad… nosotros… quien mas?
La reacción no se hace esperar, forjar una personalidad condescendiente con el curso de nuestras vidas o elegir el camino mas difícil… nadar contra la corriente buscando escapar de lo que para muchos puede ser lo obvio…

Como parte del cardumen más descreído, nos atrevemos a rechazar lo que es dado, lo que se nos ofrece a modo de regalías… Nos atrevemos a decir que no, y dar vuelta la cara sin culpa alguna…
A pensar que no todo es como se ve, y darnos el derecho de sospechar de lo insospechable…
De creer que siempre hay algo más… para bien o para mal…
Nos dejamos llevar por la disconformidad como motor de búsqueda…

Y se hace pesado... andar a ciegas… tanteando y sin ver, ni dentro ni fuera…
Buscamos lo errores en cualquier lugar menos donde se supone que deberían estar…
La culpa, obviamente, la tienen los demás y lo que es peor aun, las circunstancias a veces nos dan la razón…
Esto potencia la idealización de nuestro pensamiento, de alguna manera, nos va haciendo “inmortales”, lo único que cuenta somos nosotros mismos…

Nos amargamos viendo como algunos pierden el tiempo inútilmente…
Pero nos preguntamos si nosotros también lo estamos perdiendo…

La insoportabilidad del inconformismo es lo peor que nos pudo haber pasado…
Lo que somos es lo peor que nos pudo haber pasado…

Deseamos haber nacido antes o mucho después, haber sido un vegetal o una flor en el balcón, con tal de no tener que lidiar con el hecho de estar disconformes, con el único motivo de no tratar mano a mano con el dolor y el sufrimiento…
Aceptar los errores se convierte en la cruz más pesada…

Algún momento de sensibilidad profunda nos lleva a tratar de convencernos y hacernos promesas de cambiar, de buscar de nuevo donde ya miramos, como quien guarda una ensalada y promete comerla mañana, a sabiendas de que terminara en la basura…

El tiempo nos va mostrando que en muchas cosas vamos cambiando, o mejor dicho, los otros van cambiando, van perdiendo cosas y ganando otras… para bien o para mal…

Que a cada uno le va llegando su veranito, su tren, mientras nosotros, orgullosos seguimos en el anden a pleno invierno, haciendo que el orden de los factores altere el producto… Tengo hambre? O no comí? Buscando la forma de no subir al tren equivocado… como casi todo el resto…
Seguimos haciendo fuerza para ver el reflejo de lo que queremos que sea…
Atamos con alambre los pedazos de nuestro corazón para seguir pasando el invierno…

Y vemos que todos se van… hacia donde…? Hacia que…?
Preferimos seguir en la “inmortalidad” de lo que buscamos… de lo que queremos…
Preferimos seguir siendo “inmortales” entre tanta debilidad…
Pero… somos “inmortales”…? Podemos serlo entre tanta duda y miedo…?
Podemos estar seguros de que todos se van menos nosotros…?
No, no podemos, nosotros también nos iremos… de alguna u otra forma…

Mientras tanto ahí viene otro tren…
Si a este quiero subir…?
La verdad… Gracias….pero no.


Claudio Barrientos

No hay comentarios: